Este miércoles 23 de octubre, el Parque Hidalgo de Pachuca fue escenario de la conmemoración del 41 aniversario luctuoso del exgobernador de Hidalgo, Carlos Ramírez Guerrero.
La ceremonia reunió a familiares, académicos y estudiantes, destacando la presencia de su hijo, Carlos Ramírez Mateos, y sus nietos, Carlos Ramírez Bracho y Octavio Rubio Ramírez.
Este evento no solo fue un homenaje a su memoria, sino también una reflexión sobre su legado en la entidad.Carlos Ramírez Guerrero, quien gobernó Hidalgo desde el 1 de abril de 1963 hasta el 31 de marzo de 1969, es recordado por su visión innovadora y por ser un catalizador en el desarrollo regional.
Durante su gestión, destacó la apertura de una brecha que conectó Pachuca con Huejutla, un avance significativo que mejoró la comunicación terrestre entre municipios.
Además, impulsó obras fundamentales en el Valle del Mezquital, asegurando el acceso a servicios básicos como electricidad y agua potable.En la ceremonia, la secretaria de Cultura, Neyda Naranjo Baltazar, resaltó la importancia del exgobernador en la transformación educativa del estado, mencionando su papel crucial en la evolución de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
“Carlos Ramírez fue un político visionario que dejó una huella imborrable en nuestra historia”, afirmó Naranjo Baltazar.
El evento culminó con una guardia de honor y un toque de silencio realizado por la Banda Guerra de la 18 Zona Militar y la Policía Industrial y Bancaria del Estado. Este acto simbólico reafirmó el compromiso del gobierno actual por recordar y honrar a aquellos que han contribuido al bienestar y desarrollo del estado.
La conmemoración del legado de Carlos Ramírez Guerrero sirve como un recordatorio para las futuras generaciones sobre la importancia de un servicio público comprometido y empático, que busque siempre mejorar las condiciones de vida en Hidalgo.