Hidalgo cuenta con varios elementos icónicos y que forman parte de su vida cotidiana. Unos de ellos son los pastes, un bocadillo que su origen lo encontramos en el sincretismo cultural.
Para hablar de este alimento, según la Revista del Consumidor, es importante remontarse hasta el año 1824, cuando llegó una migración inglesa a México.
La gente proveniente de la comunidad de Cornwall, situada en el extremo sudoeste de Inglaterra, comenzó a hornear en nuestro país estos bocadillos rellenos de diversos elementos, sobre todo carne o vegetales.
Con el paso del tiempo fue que la comunidad fue haciendo suyos los pastes, sobre todo luego que en el siglo XIX se convirtió en el alimento principal de los mineros el que llevaba carne, papa y puerro.
Por su practicidad y estructura, sin mencionar la protección que le da la masa a los guisos que llevan dentro, fueron los motivos por los que se ganaron su lugar dentro de la dieta minera, al grado que actualmente el principal rinde honor a este oficio.
Su popularidad siguió creciendo y en el pueblo mágico de Mineral del Monte varias familias comenzaron a dedicarse a su elaboración, añadiendo también pastes del tipo dulce.
Los pastes de Hidalgo, un patrimonio
Actualmente estos alimentos son patrimonio del municipio de Mineral del Monte y del estado de Hidalgo, esto luego que en el 2010 al programa memoria de Hidalgo.
En el 2018 fue reconocido por el Congreso del Estado de Hidalgo como Patrimonio Cultural y Gastronómico de la entidad, convirtiéndose así en un referente dentro de la gastronomía hidalguense.