Durante los últimos años nuestro país se ha convertido en uno de los mejores escenarios para fortalecer las relaciones comerciales y esto es resultado fundamentalmente de la cercanía con la principal potencia económica mundial, Estados Unidos, y los beneficios con los que cuentan los empresarios que invierten en México. Una de las que ha reforzado su presencia es la marca china BYD.
A inicios de este mes en la Ciudad de México se presentó un nuevo auto de la subsidiaria automotriz nombrada BYD Yuan Pro, que fue aplaudida durante la Expo Santa Fe por ser una SUV eléctrica que promete “revolucionar el mercado al ofrecer tecnología y accesibilidad sin precedentes”.
Esta afirmación no solo llega bajo la ideología de la marca de fabricar autos que brinden a los conductores eficiencia y confort, sino que representa un ejemplo de una tecnología avanzada ofrecida por una resistencia del auto y una capacidad para responder ante cualquier impacto, pero con un fuerte compromiso medioambiental.
Dicho compromiso de la marca con el futuro verde está estrechamente relacionado con la reducción de emisiones de carbono a la atmósfera, lo que los pone en una posición más cercana a su objetivo de reducir 1ᵒC la temperatura global.
BDY: su avance y preocupación canadiense
En medio de este contexto no es desacertado suponer que la marca de autos china ha ganado espacio en el panorama comercial mexicano, proponiendo a los clientes autos híbridos y eléctricos que gozan de popularidad.
Justamente por ello se dejó caer la preocupación por parte del gobierno canadiense de cómo la empresa ha ganado terreno, considerando que puede convertirse en un freno al tratado que mantienen México, Canadá y Estados Unidos.
La noticia sobre la inquietud del Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, trascendió esta semana luego de que este se reuniera con la mandataria mexicana Claudia Sheinbaum en el marco de la Cumbre del G20 celebrada en Brasil.
Trudeau, en conversaciones con Sheinbaum, reiteró la importancia de afectar lo menos posible la dinámica que ofrece el T-MEC, temiendo que la potencia asiática, China, utilice a la nación latinoamericana como “base para exportar productos baratos al amparo del T-MEC, lo que podría impactar negativamente en los empleos y la economía” de los países implicados.
Al respecto, la primera mujer presidenta de México explicó que no existe intención, al menos por el momento, de abrir una planta automotriz de BYD en el país.
Mientras tanto, BDY consolida su presencia a nivel mundial y se convierte en referente de empresa verde.